Una semana más, Jesús nos invita a iluminar con nuestra vida. La lectura nos habla de una boda, donde las jóvenes acompañan a la novia a casa del novio. Por la noche, iluminan el camino con su luz
La actitud de las jóvenes sensatas, nos parece egoísta y fuera de lugar, ¿Por qué no pueden compartir el aceite entre todas? Podemos pensar, que es de noche y las tiendas están cerradas, pero en aquella época, los productos importantes se almacenaban en casa.
Sin embargo,Jesús parece que nos dice que las lámparas somos nosotros y nuestro aceite tiene que iluminar el camino. Po eso, por eso el aceite no se puede comprar o vender y tampoco compartir.
El aceite del amor mantiene nuestras lámparas encendidas, consumiéndose en beneficio de los demás y solo entonces, nuestras lámparas irradiarán luz alrededor.
Escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica, se traduce en vida que ilumina alrededor.
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