Cada semana, unimos la Palabra y el canto para ayudar a profundizar en la Oración.
Los cascabeles nos llaman a la oración y nos recuerdan la Alegría del Evangelio.

2020/03/31

Ciclo A Domingo de Ramos (ARAM01)
¡Bendito es el Señor!

Estamos en la entrada de Jerusalén, esperando con todo entusiasmo la llegada de Jesús, que viene a nosotros. Jesús nos enseña el camino de compromiso y consecuencia de vida. ¿Aceptamos el reto?

Jesús se enfrenta a la incomprensión y la persecución de unos y a los vítores de otros. Sin embargo no busca el sufrimiento, ni la muerte, busca un Reino de justicia y su vida se dedica a combatir la desesperanza, la injusticia, el sufrimiento, el abandono; se identifica con los más pobres y abandonados de este mundo.

"Los seguidores de Jesús descubrimos el Misterio último de Dios encarnado en su amor y entrega extrema al ser humano. En el amor de ese crucificado está Dios mismo identificado con todos los que sufren, gritando contra todas las injusticias y perdonando a los verdugos de todos los tiempos. En este Dios se puede creer o no creer, pero no es posible burlarse de él. En él confiamos los cristianos. Nada lo detendrá en su empeño por salvar a sus hijos e hijas” (JA Pagola)..

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2020/03/24

Ciclo A Domingo V del Tiempo de Cuaresma (ACUA05)
¡Creo, Señor!

Hoy reviviremos el proceso de catequesis que ha supuesto la Cuaresma. A través de los textos de Mateo y Juan, hemos vivido la propuesta de conversión que se hacía a los catecúmenos adultos que querían bautizarse. ¿Podemos permanecer indiferentes tras andar este camino? Te proponemos que pares un momento y revises tu vida a la luz de estos evangelios.

La Pascua está a la vuelta de la esquina. ¡Apasiónate!
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2020/03/19

Ciclo A Domingo IV del Tiempo de Cuaresma (ACUA04)
¡Creo, Señor!

Jesús nos mira de una manera diferente. Nos llama, nos busca, no nos abandona. Igual que al ciego de nacimiento; le salió al encuentro, sintió el dolor de su vida y le descubrió la luz. Y el ciego, por primera vez en su vida, salió de las tinieblas y ese encuentro cambió su vida.

Déjate encontrar por Jesús, deja que te ilumine, deja que te abra los ojos y siente que está a tu lado, escúchale en el fondo de ti mismo. Él es el que de verdad te conoce, te llama por tu nombre y no te abandona nunca.

Muchas veces es más cómodo no complicarse la vida, cerrar los ojos a la verdad y vivir engañándonos a nosotros mismos. Jesús nos pide abrir los ojos, dejarnos alumbrar, comenzar a ver la realidad que nos rodea con una luz nueva que nos anima a cambiar y a decir ¡Creo Señor!.

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2020/03/08

Ciclo A Domingo III del Tiempo de Cuaresma (ACUA03)
¡Señor, dame de esa agua!

Lee primero el texto del evangelio y entra después tú mismo en la escena, sintiéndote llamado al mismo encuentro con Jesús que tuvo aquella mujer de Samaria. Porque también tú vives esperando saciar tu sed y llevas dentro el deseo de vivir.

Siéntate junto a Jesús que te espera en el brocal del pozo, y habla con Él de tus insatisfacciones, o de tu obsesión por satisfacer inmediatamente tus deseos, o de tu vida que transcurre sin ningún objetivo, con las aspiraciones a ras de suelo.

Trata de poner nombre a los deseos “okupas” que pueden estar invadiendo tu espacio interior, sin dejar sitio para la compasión, la solidaridad, la preocupación por los otros..

Pídele a Jesús que venza tus resistencias a entrar en niveles más profundos, y que ahonde en ti esa sed que intentas engañar en vano.

Déjate sumergir en la sed, porque desear es ya nacer a otra cosa. Escúchale hablarte de esa agua viva que es la suya. Y dile como la mujer: “Señor, dame de esa agua”.

Porque entonces, vayas donde vayas, algo de Dios pasará por el centro de ti mismo para llegar a tus hermanos. (Dolores Aleixandre RSCJ).

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2020/03/03

Ciclo A Domingo II del Tiempo de Cuaresma (ACUA02)
¿Qué hace grande a una persona?

La contemplación de Jesús y de su misterio nos proyecta hacia una mayor intimidad con Él.

Acogemos esta manifestación de Dios en Jesús, su Hijo Amado, que nos alcanza de pleno en nuestra más profunda interioridad.

Nos abre una puerta a la inmensidad del sentido de nuestra existencia en el encuentro definitivo, pleno y para siempre, con Jesús, nuestro único bien..

Es una llamada a ser de Jesús, en sus pasos, en el latir de su corazón con su sentir; en esa entrega total que le lleva a dar del todo su vida.

Exclamamos también como los apóstoles: ¡Qué bien se está aquí Jesús! Siempre contigo en la vida y en la muerte.

Es nuestra vida un caminar enamorados de Aquél que nos ama más que nosotros mismos. .

Ser y estar siempre con Él. Conectar con lo más profundo de mi existencia.

Necesitamos momentos de intimidad con Él... Aquí... Ahora... En un abrazo profundo de voluntades.

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