Cada semana, unimos la Palabra y el canto para ayudar a profundizar en la Oración.
Los cascabeles nos llaman a la oración y nos recuerdan la Alegría del Evangelio.

2021/02/25

Ciclo B Domingo II del Tiempo de Cuaresma (BCUA02)
¡Maestro, Qué bien se está aquí!

El evangelista nos habla de vivir una experiencia diferente: Subir con Jesús a lo alto de una montaña. Levantar nuestro espíritu y mirar la vida desde un horizonte más elevado y no dejarnos arrastrar por la rutina y la inercia que tiran de nosotros hacia abajo.

El relato nos dice que mientras Jesús «ora», el aspecto de su rostro cambia. Los discípulos que están orando con él, comienzan a verlo de otra manera. Es Jesús, su maestro querido de siempre, pero en su rostro comienzan a contemplar el destello de algo nuevo.

L os discípulos no parecen entender gran cosa. Están aturdidos y Pedro propone hacer tres tiendas, una para cada uno, quedándose en el bienestar del momento, sin captar la novedad de Jesús.

Una voz sale de una nube: Éste es mi Hijo, el escogido; escuchadle a Él. No escuchéis a Moisés o Elías, escuchad a Jesús. Sólo Él es el Hijo. Escogedle a Él porque es el elegido por Dios.


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2021/02/18

Ciclo B Domingo I del Tiempo de Cuaresma (BCUA01)
¡Está cerca el Reino de Dios!

En los comienzos de su historia, el Espíritu empujó a Israel a ir al desierto. Y al principio de su vida pública, también empujó a Jesús al desierto. Y todavía hoy nos sigue empujando a nosotros también a ir hacia el desierto. Allí, en su soledad y su silencio, uno se encuentra consigo mismo, palpando sus límites. Pero, a lo mejor por esto mismo, el desierto es el lugar del encuentro con Dios

En el desierto, Israel aprendió que Dios era su Dios y ellos, su pueblo. De Jesús se nos narra que vivía entre alimañas y que los ángeles le servían: allí, afrontó la hostilidad que acabó con su vida, aunque no fue ésta la última palabra, sino la de vida resucitada.

Y nosotros necesitamos también ser conducidos al desierto para encontrarnos con nosotros mismos y para que Dios nos vuelva a hablar al corazón.

Juan nos dice, “Convertíos y creed en la Buena Noticia”, convertirse nos permite recapacitar, echar una mirada hacia atrás y ver hacia donde encaminamos nuestro futuro. Nos permite ver lo que nos sobra, lo que nos estorba, y con lo esencial, afrontar un nuevo tiempo con esperanza.


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2021/02/11

Ciclo B Domingo VI del Tiempo Ordinario (BTOR06)
¡Silencio y contemplación: Tiempo de Evangelio!

Tiempo de silencio y contemplación de la mano del Evangelio.

Así se muestra en esta imagen de San Juan que nos invita desde una antigua ermita del interior burgalés.

Seguimos la lectura del Evangelio de Marcos, que nos muestra a Jesús, liberador desde dentro, para llevarnos a vivir e interiorizar la Buena Nueva de su Evangelio.

Hoy nos presenta la curación de un leproso y nos reconforta sabernos en sus manos.


Manos de un Jesús que siente lástima del dolor humano y se compadece.

Manos que nos acogen y nos curan.

Son tiempos de abandonarnos en sus manos. Tiempos de esperanza, de vivir abiertos al amor que nos ofrece Jesús y que nos abraza.

Santa Teresa de Jesús nos muestra su experiencia con Jesús y sus palabras:
“Haz lo que es en ti y déjame tú a Mí y no te inquietes por nada.
Goza del bien que te ha sido dado, que es muy grande;
mi Padre se deleita contigo y el Espíritu Santo te ama”.



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2021/02/10

Ciclo B Domingo V del Tiempo Ordinario (BTOR05)
¡Se puso a servir!

Jesús acude a la Sinagoga, como cualquier Sabbath, le rodean sus amigos, es un día normal, y después se va a casa de Simón y Andrés. Estamos ante una imagen cotidiana, familiar, y la reunión familiar va a continuar en casa.

Pero al llegar a casa, la suegra de Simón está enferma. La reunión ya no puede ser la misma. Para Jesús lo importante es que el mal no reine a su alrededor. Con toda delicadeza, se acerca, le coge la mano, y la levanta. La suegra de Simón recupera su dignidad y el mal ya no tiene sitio en la presencia de Jesús. Los ojos de Jesús, miran con amor, acogen con amor y sanan con amor.

El Sabbath puede continuar y la suegra de Simón recupera su actividad y ya está pendiente de los demás.

Cuando termina el Sabbath, al ponerse el sol, se corre la voz. La gente no tiene miedo de incumplir la Ley y se agolpan lo enfermos en su puerta. El mal le reconoce, y sabe que no tiene sitio donde está Jesús, que no libera de todo mal y de todo aquello que te lastra para seguirle.


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