La semana pasada Jesús enviaba a sus discípulos a recorrer las aldeas de dos en dos. Esta semana asistimos al entusiasmo de los discípulos a la vuelta.
Jesús se da cuenta que sus discípulos necesitan compartir con los demás su vivencia, sentirse escuchados y escuchar a los otros.
Jesús está mirando al corazón de cada uno…, a tu corazón, y ve lo que necesitas y quiere darte ese tiempo de escucha y acogida.
La multitud rodea a Jesús, en cualquier momento, dejándole sin tiempo para los cercanos. Todos le necesitan y a todos quiere guiar, como el pastor a sus ovejas. Para Él cada persona es única y tiene toda su atención.
Jesús nos mira a cada uno con una mirada que acoge, consuela, que guía, y nos sentimos acogidos, escuchados, guiados y protegidos. No le importa dedicarnos tiempo, deja lo que está haciendo para acompañar a los más necesitados.
¿Vemos a los demás con la mirada de Jesús? ¿Tenemos tiempo para los demás, o solo para nosotros mismos
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