Cuando hay ruido en nuestra vida, es difícil escuchar al Señor y nos movemos de un lado a otro intentando abarcar más y más, sin pararnos a pensar que este tipo de vida no nos deja crecer.
Cuanto más ruido hay en nuestra vida, más difícil es el encuentro con Jesús y, entonces, ¿nuestra fe se ha hecho superficial o cumplimos el rito solamente?
Jesús nos hace una pregunta: ¿También vosotros queréis marcharos? Jesús nos deja libertad para decidir, no obliga a nadie.
Jas palabras de Jesús no son vacías o intrascendentes. Su mensaje no es engañoso, comunican vida, tienden a llevarnos a una vida más digna y plena.
¿Quieres vivir al estilo de Jesús, acogiendo su Espíritu y trabajando por un proyecto de bien común?
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