Ciclo B Domingo 31 del Tiempo Ordinario (BTOR31) ¡Ama!

Muchas veces nos quedamos en la superficialidad de los mandamientos, y nos preocupa más cumplir las normas y los preceptos que lo que nos pide Jesús. De manera que entre tanto ruido en nuestra vida, no prestamos atención a la voz de Dios que nos está diciendo otra cosa.

Si escuchamos lo que Dios nos dice, las normas y preceptos no nos dirán nada. Lo que oiremos será ¡Amarás! Y entonces el foco cambiará. Jesús nos pide amar “con todo el corazón, con toda el alma, con todo el ser…”

¿Cómo se ama así?

El escriba que pregunta a Jesús lo entiende muy bien, “amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios”… ¡y a nosotros nos cuesta tanto…!

Para Jesús, Dios y el prójimo no se pueden separar, no se puede decir que se ama a Dios si uno se desentiende del otro. Esa forma de entender el amor a Dios es una mentira.

Y nosotros, ¿Cómo amamos a Dios?

Ciclo B Domingo 30 del Tiempo Ordinario (BTOR30) ¡Que pueda ver!

Este episodio, especialmente en la versión de Marcos, es de tal belleza y hondura, que cuesta pararse solo en un detalle… Bartimeo (cuyo nombre significa, de forma irónica, “el hijo del digno, del honorable”) vive marginado “fuera” del camino… pero a pesar de su ceguera, parece tener las cosas muy claras: ante él pasa alguien que puede aliviar su sufrimiento… No piensa dejar pasar la ocasión, se desprenderá sin titubear, de todo lo que es (aunque sigue siendo ciego), todo lo que tiene y saltará y gritará hasta ser escuchado…

Jesús le responderá lo mismo que les decía la semana pasada a Juan y a Santiago: “¿Qué quieres de mí?”. Pero la petición de Bartimeo tiene muy poco que ver con la que le hacían sus discípulos, donde aquellos hablaban de rango, este solamente pide recuperar la dignidad de ver, ¿de entender, quizá? La fe de Bartimeo, que Jesús contrapone continuamente al miedo, será el salvoconducto del ciego.

También la consecuencia final es sorprendente: una vez sanado, Bartimeo entra en el “camino”, se integra en la comitiva de discípulos de Jesús que ya va camino de Jerusalén…

Ciclo B Domingo 29 del Tiempo Ordinario (BTOR29) ¡El que quiera ser grande, sea el servidor de todos!

Hoy, también preguntamos ¿Qué hay de lo mío?, igual que Santiago y Juan, para buscar los puestos importantes y conseguir atajar el camino hacia el objetivo de mejorar nuestra posición.

Seguro que al igual que ellos, no sabemos lo que pedimos.

Pensamos que el poder nos permite hacer lo que queramos, estar por encima de los demás, ejercer opresión y tener a alguien que nos sirva.

Sin embargo, no es poder lo que nos pide Jesús. Si queremos participar en su proyecto, veremos que no se parece en nada al poder.

Si ponemos el foco en los débiles de la sociedad, en los que precisan nuestra ayuda, tenemos que mirar de otro modo. Desde una posición de poder no podemos hacer que sientan nuestra acogida.

Si de verdad queremos solucionar problemas, no podemos mirar por encima, tenemos que mirar a los ojos, desde enfrente, escuchando, entendiendo los problemas, para enfocar mejor la situación y buscar soluciones que verdaderamente sirvan.

Oración en Nuestra Señora de la Guía. Día 17 de octubre a las 20:00 h

El equipo de ORACIÓN EN ABIERTO apoya la oración de la Parroquia de Nuestra Señora de la Guía (en la calle Conde de Torralba 18).

Utilizaremos como guión la hoja semanal que facilitamos desde este blog, con los textos y cantos que en ella figuran y nos acompañarán miembros de los coros de algunas parroquias amigas, como el coro de Al AMOR de la Palabra procedente de la parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe y que comparte algunos miembros con nuestro propio equipo.. Si queréis acercaros, seréis bienvenidos.

Durará en torno a cincuenta minutos.

¡Os esperamos!

Ciclo B Domingo 28 del Tiempo Ordinario (BTOR28) Jesús lo miraba con cariño...

Todos los evangelistas relatan el encuentro entre Jesús y el joven rico, pero sólo Marcos se detiene en la mirada del Señor: Entonces Jesús lo miró con cariño…

Jesús sabía que el joven rico era un hombre noble de corazón cuya única aspiración era ir al Cielo, pero que le faltaba un peldaño, el del seguimiento. Seguir a Jesús es aprender a mirar como miraba Él, también a esa gente extraviada que casi todos desprecian.

La mirada de Jesús es diferente, debía trasmitir la fuerza de su amor porque siempre la relatan bondadosa y misericordiosa, y al mismo tiempo, perfectamente humana.

Ciclo B Domingo 27 del Tiempo Ordinario (BTOR27) ¡Danos tu LUZ para ver con tu mirada!

Jesús quiere llamarnos la atención sobre la aplicación de la Ley. Una Ley que excluye y causa dolor es una Ley injusta.

Hoy, al igual que hace dos mil años, hay que afrontar el hecho de familias rotas, personas excluidas, sin embargo la sociedad no es la misma.

La mujer era repudiada, expulsada de su casa y pasaba a ser una excluida de la sociedad. Jesús quería poner de manifiesto que en el repudio, hombre y mujer no son iguales. Hoy, no es lo mismo.

Sin embargo, al igual que hace dos mil años, sigue habiendo familias rotas, mujeres maltratadas, vidas destrozados, mucho sufrimiento y personas excluidas. En esta situación, ¿Cuál es nuestra actitud? Nos podemos preguntar, ¿qué haría Jesús?

Jesús acoge a los niños, no quiere un muro entre Él y los más débiles. Quiere llamar nuestra atención para que quitemos obstáculos ante los que más necesidad tienen de nosotros, los niños, los excluidos, los que no cuentan, los que sufren, y también las familias rotas. ¿Cómo acogemos nosotros hoy?

Ciclo B Domingo 27 del Tiempo Ordinario (BTOR27) Nuestra Señora del Rosario ¡Bajo su mirada aprendemos a caminar con Jesús!

Gateando,… con el pensamiento.

Abiertos al amor escondido, sentimos la cercanía de Jesús bajo la mirada de María.

Como niños nos acercamos a lo desconocido. ¿Recuerdas?

El mundo se nos ofrecía inmenso, casi indescifrable, con ignorancia, misterio, sorpresa,…

Descubrir la vida, los colores, el movimiento, la interioridad; los gestos, las palabras y su significado nos lleva a estar cada vez más unidos a todos.

Con María entramos en el misterio de Dios que le envuelve y se nos hace así cercano.

Ahora, es tiempo de dejar que la bondad de Dios te conmueva y su ternura se haga vida en ti.

Sí, todo era nuevo, pero hoy estamos aquí y Dios hace nuevas todas las cosas.

Miremos con esperanza y alegría lo que el Señor nos tiene preparado en nuestro caminar.