Ciclo C Domingo VII de Pascua de Resurrección (CPAS07) ¡Eres testigo!

¿Fue la muerte de Jesús un fracaso de Dios? Jesús se cuestiona, en sus últimos momentos de martirio, el porqué del abandono de su Abbá. Y es cierto que la muerte de Jesús (y tantas otras hoy en día) son un sinsentido que retan nuestra comprensión del Dios amoroso, todo misericordia, del que Jesús nos habla.

Sin embargo, la experiencia de resurrección, nos llena el corazón de la Vida auténtica… A ver si Dios no está callado, sino que padeció con Jesús en la cruz y ha padecido y padece con nosotros en cada momento de dolor y sufrimiento de cada ser humano… “Dios con nosotros…”

La Pascua nos está enseñando, desde lo profundo de la oración, a llevar la resurrección a nuestro corazón y, desde ahí sentirnos y sabernos enviados a consolar, abrazar y denunciar la injusticia allí donde suceda.

Solemos decir que la cruz es el símbolo del cristiano, pero no lo es menos el amor incondicional que Jesús tuvo con todos, especialmente con los más hundidos; como espejo directo del amor del Padre. Gritemos con alegría y amemos como él ama.

Ciclo C Domingo VI de Pascua de Resurrección (CPAS06) Sé sembrador de paz

Jesús empieza a despedirse de nosotros y tenemos miedo de quedarnos solos, ¿Qué nos pasará sin Jesús? ¿Qué haremos? ¿Dónde iremos?

Nos pide que recordemos sus palabras, pero ¿quién nos las recordará? ¿Cómo podemos seguir fieles a su palabra en medio de un mundo tan hostil? ¿Estamos interpretando sus palabras a nuestra comodidad o mantenemos su frescura original?

Sin embargo, Jesús escucha nuestro corazón y nos anima. Nos dice que no nos dejará solos, que nos envía al Espíritu del amor de Dios que se ocupará de ser la memoria de lo que Él nos ha enseñado, y nos ayudará comprenderlo mejor y a ponerlo en práctica en nuestra vida..

Nos dejamos guiar por el Espíritu? ¿Escuchamos la palabra y la actualizamos en nuestras vidas? ¿Ponemos atención en los más desfavorecidos, en los favoritos de Jesús?.

Jesús nos da la paz, nos regala la paz. No es la paz del mundo, entonces, ¿sabemos de qué paz se trata?
Jesús nos da la paz, nos regala la paz. No es la paz del mundo, entonces, ¿sabemos de qué paz se trata?
Solo si tenemos paz en el corazón, podremos extender esa paz.

Ciclo C Domingo V de Pascua de Resurrección (CPAS05) ¡Amaos también unos a otros!

Señor, que al despedirte de tus discípulos dijiste: “Amaos como yo os he amado; así os reconocerán como de los míos”, perdona nuestra falta de seriedad. Te dejamos mal muchas veces, porque no nos amamos unos a otros como tú mandaste en la cena.

Después de tantos años de cristianismo, todavía no hemos aprendido la lección. Suspenso anual durante siglos y siglos.

Cambia, Señor, nuestro corazón de piedra por otro de carne..

Transvasa tu Espíritu de amor a nuestro interior anquilosado..

Y cuando hayamos desterrado por completo de nuestro estilo,
el egoísmo, la soberbia, el desdén, la frialdad y la revancha,
entonces los demás nos reconocerán como tus discípulos.

Ciclo C Domingo IV de Pascua de Resurrección (CPAS04) ¡El Señor te llama a...SEGUIRLE!

Escuchamos a Jesús que nos dice “Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen” y necesitamos recordar la importancia de escuchar, sentir en nuestro corazón que Jesús nos habla.

Jesús nos llama, Sentimos su llamada en nuestro interior y nos damos cuenta que la llamada es una invitación a seguirle, pero no nos obliga. La decisión es nuestra.

Sin embargo, la llamada de Jesús es muy clara: “Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco; ellas me siguen y yo les doy la vida eterna”.

Nuestra decisión puede cambiar nuestra vida. Es sentir un vuelco en el corazón, que el mundo se transforma y otras cosas nos empiezan a resonar y a llamar nuestra atención de otro modo. ¿Qué sientes? ¿Qué escuchas? ¿Qué buscas?.

¿A sentimos a Dios en nuestro interior y podemos mirar a nuestro alrededor con los ojos de Jesús. Y en nuestro corazón anida la ternura y la misericordia. Y el Dios que nos habita nos impulsa a vivir para los demás, a encontrarle en el otro y así hallar un nuevo sentido a nuestra vida.