Jesús llega a nosotros en el silencio, en la oscuridad de la noche, y los pastores, se sorprendieron, admiraron lo que había ocurrido y comunicaron su admiración a todos los demás. María se sorprendía de lo que escuchaba y lo meditaba en su corazón, lo interiorizaba y transformaba desde dentro.
María nos hace presente a Dios en nuestra vida, dando a luz a Jesús. Ella aceptó el proyecto de Dios, sin preguntar por qué. Siguiendo su ejemplo, todos tenemos que dar a luz a Dios, aceptar el proyecto de Dios en nuestra vida.
Jesús nace indefenso como cualquier bebé y todos tenemos que ayudar a Dios a nacer en cada uno de nosotros y aceptar el don del amor de Dios y ponerlo en práctica.
Por otra parte, el primer día del Año se celebra el día de la PAZ. La paz es consecuencia de las relaciones plenamente humanas entre nosotros y para poder llevar la paz a nuestro alrededor, necesitamos que la PAZ esté en nuestro interior.
Shalom significa un deseo que Dios te conceda la paz y todo aquello que necesites para ser una persona auténtica, que vive en la presencia de Dios, que ha aprendido a amar y tener a los demás presentes en su vida.
Saludar con “Shalom” a los demás, es un deseo para llevar a Dios y la PAZ para todos, un buen deseo de renovación para el Año Nuevo.
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