Ciclo B Tiempo de Pascua (BPAS06) ¡Jesús, amigo para siempre!

Amar como Dios ama y como Él nos ama, así nos dice Jesús. Se trata, por tanto, de manifestar lo que es Dios en lo más hondo de nosotros, a través de las obras. Nuestro amor será así un amor que responde a su amor.

Dios no es un ser que ama, sino que es el amor, y no puede dejar de amar un solo instante. Este amor que es Dios, tenemos que descubrirlo dentro de nosotros, como una realidad que está intrínsecamente unida a nuestro ser.

Para un cristiano, la experiencia de Dios es lo primero. El amor no es sacrificio ni renuncia, sino una elección gozosa de la que surgirá la alegría de forma espontánea, como nuestro estado natural.

Dios no nos ama como respuesta a lo que somos o hacemos, sino por lo que es Él. No tiene ningún sentido seguir hablando del Dios que premia a los buenos y castiga a los malos. Dios ama a todos de la misma manera, porque no puede amar más a uno que a otro.

Juan quedó penetrado por este misterio y así expresa que sólo hay un mandamiento: amar a los demás, no de cualquier manera, sino como Jesús nos ha amado; esto es, manifestar ese amor que es Dios, en nuestras relaciones con los demás. (Sobre textos de Fray Marcos)