El Buen Pastor, conoce a cada una de sus ovejas y las llama por su nombre y cada oveja conoce a su Pastor, sabe que se siente segura estando con Él. El Buen Pastor va más allá, se preocupa de sus ovejas y las conoce, no las abandona nunca, está pendiente de las más débiles y enfermas, las más descarriadas. No huye ante el peligro, defiende a sus ovejas hasta dar la vida por salvar a su rebaño, incluso a las ovejas que son de otro redil.
El Buen Pastor nos enseña que quien ama, da gratis, no espera recibir, se desvive por los demás, se entrega porque quiere. Acepta a todas las personas, no ayuda solo al que puede ayudarle.
Todos pertenecemos a su rebaño y no somos nosotros quienes para distinguir entre rediles o rebaños.
Cada vez que escuchamos esta lectura nos sentimos ovejas cuidadas por el Buen Pastor, pero ¿es esa la figura que Jesús nos está pidiendo ser?
No hay comentarios:
Publicar un comentario