...Cuando Jesús decidió ir a Betania a resucitar a Lázaro, acercándose peligrosamente a Jerusalén, Tomás dijo “Vayamos también nosotros a morir con él” En la Ultima Cena cuando Jesús predice su muerte, su nivel de comprensión es más bajo porque le dice que no saben a donde va y da pie a la célebre respuesta: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Es a Tomás a quien se le hace la revelación. Y llegamos a la escena de la incredulidad de Tomás después de la Pascua. Tomás vió, tocó e hizo una confesión de fe remarcable: Señor mío y Dios mío.
Tomás es importante porque nos conforta en nuestras inseguridades, porque nos demuestra que toda duda puede tener un final luminoso y porque nos recuerda el auténtico sentido de la fe madura que nos alienta a continuar, a pesar de las dificultades, por el camino de la fidelidad.
(Del Papa Benedicto XVI, Audiencia General, 27-9-2006).
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