Cada semana, unimos la Palabra y el canto para ayudar a profundizar en la Oración.
Los cascabeles nos llaman a la oración y nos recuerdan la Alegría del Evangelio.

2018/01/29

Ciclo B Tiempo Ordinario (BTOR05)
¡Mirar con la mirada de Dios!

"El mirar de Dios es amar” nos decía San Juan de la Cruz: “Cuando tú me mirabas, su gracia en mí, tus ojos imprimían”; “…las hermanas de Lázaro le enviaron, no a decir que sanase a su hermano, si no a decir que mirase, que al que amaba, estaba enfermo”.

Mirar con la mirada de Dios. La iniciativa siempre suya para imprimirnos su forma de ver la vida, dar sentido a nuestro existir y a la vida compartida con cada persona. Dios, con ojos de misericordia, nos ama primero, nos enriquece y nos transforma.

Dejarse mirar por Jesús. Ya sólo disponernos a esta actitud nos conmueve interiormente, como Él se conmovía con los sentimientos de gozo y de dolor y sanaba. Jesús se acercó a la suegra de Simón, le cogió la mano y la levantó. Liberó la casa y cada uno de los lugares según el proyecto de Dios.

Las miradas de Jesús en el Evangelio están llenas de ternura y generosidad. Levanta la vista para ver a Zaqueo, que lo espera y lo busca. Mira al que quiere ser perfecto para señalarle el camino. Miradas, siempre miradas, a los niños, a los ciegos, a los necesitados... Con profundidad eleva los ojos al cielo para orar al Padre. ¡Qué fuerza la de su mirada a Pedro en sus negaciones! En la cruz aún se inclina a su madre que estaba junto a Él con Juan.

Jesús sólo espera que le miremos, que volvamos los ojos a Él. Santa Teresa nos dice que, en su pasión, Jesús olvidará sus dolores por consolar los vuestros, sólo porque vayáis con Él a consolar y volváis la cabeza a mirarle.

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