Hoy, también preguntamos ¿Qué hay de lo mío?, igual que Santiago y Juan, para buscar los puestos importantes y conseguir atajar el camino hacia el objetivo de mejorar nuestra posición.
Seguro que al igual que ellos, no sabemos lo que pedimos.
Pensamos que el poder nos permite hacer lo que queramos, estar por encima de los demás, ejercer opresión y tener a alguien que nos sirva.
Sin embargo, no es poder lo que nos pide Jesús. Si queremos participar en su proyecto, veremos que no se parece en nada al poder.
Si ponemos el foco en los débiles de la sociedad, en los que precisan nuestra ayuda, tenemos que mirar de otro modo. Desde una posición de poder no podemos hacer que sientan nuestra acogida.
Si de verdad queremos solucionar problemas, no podemos mirar por encima, tenemos que mirar a los ojos, desde enfrente, escuchando, entendiendo los problemas, para enfocar mejor la situación y buscar soluciones que verdaderamente sirvan.
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