¡Si supiéramos en qué Misterio vivimos! El misterio de la vida humana, de cada uno de nosotros, sólo tiene su respuesta en el misterio de Dios. En este tiempo con la lectura del Evangelio contemplamos la Transfiguración, donde Jesús, sólo Jesús, es la Palabra del Padre.
Jesús nos presenta lo que va a suceder en su vida y nos invita a negarnos a nosotros mismos, a tomar nuestra cruz y todas nuestras debilidades y dificultades, y a seguirle. Sabemos que Él siempre va delante y nos acompaña y señala el camino del verdadero encuentro con Él.
Es un tiempo para profundizar en el verdadero camino de la novedad de Jesús, que se revela como respuesta al misterio de nuestra existencia.
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