Jesús recorre Galilea predicando, pero, sobre todo, encontrándose con personas en el camino. Jesús busca el encuentro con los demás, especialmente con los más excluidos de la sociedad. En esta ocasión el encuentro se produce a primera hora de la mañana, en la soledad del camino, fuera del pueblo.
Jesús se encuentra con un leproso: Se trata del último entre los últimos, un intocable, excluido de una vida en familia y en comunidad. El leproso se acerca de rodillas, y le dice a Jesús, si quieres, puedes limpiarme. Sabe que si Jesús le toca, será impuro. Pero Jesús, no solo quiere curarle, quiere que el leproso sienta su acogida, su contacto. No le importan las leyes judías, son más importantes las personas y siente que el leproso necesita acogida, no solo curación, para sentirse limpio y sentir que eso significa recuperar una vida en comunidad, dejar de ser un excluido
La vida en comunidad supone vivir acogido y ser aceptado. Sin embargo, muchas veces vivimos a la defensiva, manteniendo las distancias de los demás, excluyendo a los que no pertenecen a nuestro “círculo”.
¿Cómo supone vivir con el ejemplo de Jesús?
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