Hoy el Evangelio nos habla de las dificultades de la vida de Jesús. Impulsado por el Espíritu, Jesús se retira al desierto. Las incomprensiones y tensiones de su paso por Galilea, se reflejan en su paso por el desierto.
La vida en el desierto no es fácil, es una vida llena de riesgos, alimañas, pruebas y dificultades. Sin embargo, también es un lugar donde se aprende a vivir con lo esencial, donde reina el silencio y permite escuchar la cercanía de Dios. Un lugar del que salir fortalecido, aprender de las dificultades y sentir hacia donde nos conduce el Espíritu. Un lugar donde la gente se apoya y colabora.
Juan nos dice, “Convertíos y creed en la Buena Noticia”. Convertirse nos permite recapacitar, echar una mirada hacia atrás y ver hacia donde encaminamos nuestro futuro. Nos permite ver lo que nos sobra, lo que nos estorba, y con lo esencial, afrontar un nuevo tiempo con esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario