Con agua corriente en casa es fácil tener limpias las manos. Ahora, en tiempos de COVID nos vuelven a recordar la importancia de limpiarse las manos como protección. Sin embargo, esa medida sanitaria, se había vuelto precepto. Y la importancia no estaba en la salud, si no en el cumplimiento de la tradición.
Con el tiempo se nos van acumulando tradiciones que se convierten en leyes, “…porque siempre se ha hecho así” ¿Y cómo se va a hacer algo distinto de nuestros padres o abuelos, aunque no signifique nada para nosotros? Sin pararnos a pensar que lo que tuvo sentido en un contexto, puede haberlo perdido y eso nos puede llevar a vivir una fe con indiferencia.
Jesús nos recuerda que necesita personas de corazón abierto, comprometidas con los demás. Su ejemplo es de manos que acarician, acogen, devuelven la dignidad al otro, bendicen…, y todo lo que sale de dentro de un corazón lleno de Dios, no nos puede hacer “impuros”.
Jesús nos recuerda que necesita personas de corazón abierto, comprometidas con los demás. Su ejemplo es de manos que acarician, acogen, devuelven la dignidad al otro, bendicen…, y todo lo que sale de dentro de un corazón lleno de Dios, no nos puede hacer “impuros”.
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