Escuchamos testimonios sencillos de vida que nacen de la esperanza, y especialmente en estos tiempos. Dan sentido a nuestra existencia desde lo más profundo de nosotros mismos como criaturas de Dios, nuestro Padre.
Él nos hace testigos de esperanza, de la que nos trajo Jesús y donde se manifiesta plenamente un cielo nuevo y una tierra nueva como nos muestra el Apocalipsis: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”.
Nuestra esperanza está en las palabras de Jesús: “Yo hago nuevas todas las cosas”.
En este tiempo de Adviento nos apoyamos especialmente, y abrazamos sus palabras que nos llenan de paz, con la seguridad y la certeza de su venida.
Contemplamos en silencio sus palabras
“No estoy solo, porque el Padre está conmigo”.
“Yo he vencido al mundo”
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