La Palabra de Dios se ha encarnado, se ha hecho hombre, como uno de nosotros, para darnos a conocer la Palabra de Dios, de modo que todos la podamos entender y poner en práctica.
A Dios nadie le ha visto, solo tenemos la imagen que nos transmite Jesús y su modo de hacer para darnos a conocer lo que Dios espera de nosotros.
El Evangelio nos transmite palabras de cercanía a los más sencillos, a los más vulnerables de la sociedad, preocupación por los más desfavorecidos, apoyo a los más discriminados, ...
Escuchemos, hoy, de nuevo, la Palabra hecha hombre, hecha vida, transmitiendo vida y amor.
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