Cada semana, unimos la Palabra y el canto para ayudar a profundizar en la Oración.
Los cascabeles nos llaman a la oración y nos recuerdan la Alegría del Evangelio.

2024/11/17

Ciclo B
Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario

(BTOR34)

¡El que es de la VERDAD, escucha mi VOZ!

Hoy el Evangelio nos ofrece un sorprendente diálogo entre Pilato y Jesús, un poderoso romano y un reo que se presenta como testigo de la verdad. Se trata de una conversación impensable entre un preso y su verdugo. Hablan lenguajes diferentes y es imposible que se entiendan, porque los conceptos que manejan son inconcebibles para el otro.

Jesús no pertenece al sistema de Roma, no se apoya en la fuerza de las armas. Tiene una base completamente diferente: Jesús nos dice: “Mi reino no es de este mundo” y su realeza proviene del amor de Dios al mundo. Se trata de un Rey sencillo, que pasa hambre, se siente solo y nos pide ayuda a cada uno de nosotros. Nos dice que detrás de cada uno de los más débiles de la sociedad, está Él.

Ha nacido para dar testimonio de la verdad y sólo le entienden los que son de la VERDAD: “Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".

Nos preguntamos, ¿Cuál es nuestro Reino?, ¿Qué voz escuchamos?, ¿Qué verdad buscamos?

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Ciclo B
Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario

(BTOR33)

¡Tus palabras no pasarán!

Estamos llegando al final del año litúrgico y las lecturas se van volviendo más apocalípticas. Al final de todos los tiempos, está Dios. No cualquier Dios, sino el Dios revelado en Jesucristo. El Dios de Jesús. De ahí la importancia de nuestra relación con Jesús, clave de la manifestación de Dios al hombre. A ti.

Un Dios que quiere la vida, la dignidad y la dicha plena del ser humano. De todos. Todo queda en sus manos. Él tiene la última palabra. Un día cesarán los llantos y el dolor, y reinarán la paz y el amor. Ahí radica nuestra esperanza. Esta es la firme esperanza del cristiano enraizada en la promesa del Señor

"El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán».

No caminamos hacia la nada y el vacío. Nos espera el abrazo amoroso del Padre.

Su generosidad nos envuelve. Sabe lo que es pasar necesidad y ayuda desde la oscuridad, el silencio, el sentirse útil, sin querer ser protagonista.

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Ciclo B
Domingo XXXII del Tiempo Ordinario

(BTOR32)

¡La alegría de darse!

Jesús nos enfrenta a dos situaciones y el modo de presentarlas, nos pone en guardia frente a una y nos pone el ejemplo de la otra.

Escuchamos los relatos y miramos el corazón de cada uno y ahora miramos el nuestro, y nuestra actitud, ¿A cuál se parece?

Entramos en el corazón de los escribas y vemos su arrogancia y su falta de empatía.

Entramos en el corazón de la buena viuda y vemos su sencillez, su pequeña entrega, su ofrecerse entera, entregando para otros lo que ella necesita para vivir.

Su generosidad nos envuelve. Sabe lo que es pasar necesidad y ayuda desde la oscuridad, el silencio, el sentirse útil, sin querer ser protagonista.

Pequeños gestos de comunidad, de pan partido y compartido, que dan vida y alegría a nuestro mundo, que acogen y ponen a Jesús en la persona que tenemos al lado.

Queremos seguir el ejemplo de esta sencilla viuda, compartir nuestro tiempo y nuestra vida, con las manos extendidas para acercar, acoger y compartir.

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Ciclo B
Domingo XXXI del Tiempo Ordinario

(BTOR31)

¡Ama!

Muchas veces nos quedamos en la superficialidad de los mandamientos, y nos preocupa más cumplir las normas y los preceptos que lo que nos pide Jesús. De manera que, entre tanto ruido en nuestra vida, no prestamos atención a la voz de Dios que nos está diciendo otra cosa.

Si escuchamos lo que Dios nos dice, las normas y preceptos no nos dirán nada. Lo que oiremos será ¡Amarás! Y entonces el foco cambiará. Jesús nos pide amar “con todo el corazón, con toda el alma, con todo el ser…”

¿Cómo se ama así?

El escriba que pregunta a Jesús lo entiende muy bien, “amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios”. ¡Y a nosotros nos cuesta tanto…!

Para Jesús, Dios y el prójimo no se pueden separar. No se puede decir que se ama a Dios, si uno se desentiende del otro. Esa forma de entender el amor a Dios es una mentira.

Y nosotros, ¿Cómo amamos a Dios?

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Ciclo B
Domingo XXX del Tiempo Ordinario

(BTOR30)

¡Maestro, haz que pueda ver!

¡Animo, levántate que Jesús te está llamando! Es tiempo de dejar de estar junto al camino, sin mirar a nuestro alrededor.

Sin mirar quién pasa a nuestro lado, ¡cómo podemos ayudar a los demás!

Es hora de dejar la ceguera y contemplar la luz de Dios que nos está llamando. Nos está pidiendo que soltemos el manto que nos mantiene al borde del camino y saltemos para ponernos en marcha, sin esperar un momento.

El Señor nos espera para iniciar la marcha a su lado, para seguir su camino, para que nos fijemos en las personas que están alrededor y que veamos que no estamos solos, y darnos cuenta que para seguir a Jesús, todos necesitamos de los demás.

Hagamos silencio en nuestro interior para poder escuchar la llamada de Jesús, a pesar de nuestros oídos sordos y de nuestra ceguera. Sigamos el ejemplo de Bartimeo y no perdamos la ocasión de seguir a Jesús que pasa por nuestra vida.

¡Jesús te llama! ¿Vas a quedarte al borde del camino?

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