Jesús cuida de nosotros y nos quiere enseñar. Pero, ¿escuchamos y nos dejamos empapar por sus enseñanzas?
¿Cuantas veces nos preguntamos si alguien es no o de los nuestros?
Y nuestra actitud con los otros depende de esa respuesta.
Una vez más, Jesús deja clara su posición respecto al rango, a la pertenencia al grupo de los “privilegiados”, a los que están dentro y fuera.
Todos somos llamados: nadie está excluido. Sin distinción, sin diferencias, ni antigüedades… lo importante es dar agua al que la necesite…
…y no ser motivo de escándalo para nadie y saber cortar, de raíz, lo que nos distraiga, lo que nos aleje de nuestro centro: que el reinar de Dios sea verdad, y la justicia y la dignidad lleguen a todos.
Porque, aunque sacrifiquemos lo que nos parece imprescindible ahora, la Vida se hará realidad en nosotros.
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