Ciclo B Domingo XI de Tiempo Ordinario (BTOR11) ¡Somos semillas de Dios!

Pero ¿cómo puedo ser semilla de Dios? Si me conozco y, a veces, casi no me reconozco. Sí, no parte de mí, sino sólo de Dios que se regala para que esa oscuridad e incapacidad sea luz para los demás, sin ni siquiera saberlo.

¿Cuál es nuestra misión?

No es mirarnos a nosotros, sino dejarnos llevar por la mirada de Dios y por lo que Dios siente y espera de cada uno, pensado desde la eternidad.

Esa es la semilla que ha puesto, que nos ha regalado, sin que nosotros hagamos nada. Tan sólo dejarnos llevar por Él.

Dejad que la ternura de Dios atraviese nuestra debilidad. Cada momento es vida en el Dios que nos habita.

A veces no es una situación aparentemente radical, pero siempre lo es vivir con radicalidad el mensaje de Jesús y romper nuestro corazón para que surja el amor que el Señor ha despertado en cada uno de nosotros, sus amigos como nos llama Él.