Hoy el Evangelio nos ofrece un sorprendente diálogo entre Pilato y Jesús, un poderoso romano y un reo maniatado que se presenta como testigo de la verdad, una conversación impensable entre un preso y su verdugo. Hablan lenguajes diferentes y es imposible que se entiendan, porque los conceptos que manejan son inconcebibles para el otro.
Jesús no pertenece a Roma, no se apoya en la fuerza de las armas. Tiene una base diferente: “Mi reino no es de este mundo”. Su realeza proviene del amor de Dios al mundo. Lo que ve Pilato en Él, es un “Rey” que pasa hambre, se siente solo y necesita ayuda.
Ha nacido para dar testimonio de la verdad y sólo le entienden los que son de la VERDAD: “Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".
Nos preguntamos, ¿Cuál es nuestro Reino?, ¿Qué voz escuchamos?, ¿Qué verdad buscamos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario